El choque séptico es una complicación grave de una infección en el cuerpo, en la cual la presión arterial disminuye peligrosamente y puede provocar fallos en varios órganos del cuerpo.
Se produce cuando una infección ya sea por bacterias, virus, hongos, o parasitos, lo cual genera una respuesta inflamatoria generalizada en el cuerpo, conocida como sepsis.
Esta respuesta inflamatoria puede provocar una disminución del flujo sanguíneo en el organismo, lo que a su vez puede causar daño en varios órganos importantes, como el cerebro, los riñones, el hígado y el corazón.
El choque séptico es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato para evitar daños permanentes o incluso la muerte.
El choque séptico es una condición médica grave, y su incidencia real puede variar en función de la población y geografía en la que se encuentre. Sin embargo, en general se considera que el choque séptico es poco común, con una incidencia de alrededor de 3 a 4 casos por cada 1000 habitantes por año.
Aunque el choque séptico puede ocurrir en cualquier grupo de edad, es más común en personas mayores y en aquellos que tienen un sistema inmunitario debilitado, como pacientes de cáncer, VIH, y pacientes con diabetes no controladas, entre otros. Las personas hospitalizadas también tienen un mayor riesgo de desarrollar choque séptico.
A nivel mundial, la sepsis está en aumento y la OMS estima que al menos 30 millones de pacientes son diagnosticados con sepsis cada año, de los cuales un porcentaje significativo desarrolla choque séptico. Se considera que la sepsis es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo.
La mortalidad del choque séptico depende de muchos factores, incluyendo la edad y el estado de salud general del paciente, la causa de la infección y la rapidez con la que se trata la infección.
En general, la mortalidad del choque séptico sigue siendo alta, a pesar de los avances en el tratamiento. Los informes varían, pero se estima que la mortalidad puede oscilar entre el 20% y el 50% o incluso más en algunos casos, especialmente en pacientes con comorbilidades graves.
Es importante señalar que cuanto antes se diagnostique y trate el choque séptico, mayores serán las posibilidades de supervivencia del paciente. Es por ello que se considera una emergencia médica que requiere atención inmediata.
Las infecciones bacterianas son las causas más comunes de choque séptico. Los microorganismos que más comúnmente causan este tipo de infecciones son las bacterias grampositivas (como el Staphylococcus aureus y el Streptococcus pneumoniae) y las gramnegativas (como Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella pneumoniae).
Sin embargo, también se sabe que las infecciones por hongos, virus, y parasitos pueden desencadenar choque séptico en algunos pacientes, aunque estos casos son menos frecuentes.
Aunque cualquier infección puede desencadenar choque séptico, generalmente se encuentra en pacientes con infecciones graves o extendidas en el tiempo en que la respuesta inflamatoria del cuerpo ya no puede ser controlada por el sistema inmunitario del paciente.
Algunos ejemplos de infecciones que pueden llevar a choque séptico son infecciones respiratorias, infecciones urinarias, infecciones de la piel y tejidos blandos, o infecciones del tracto gastrointestinal.
El choque séptico es una emergencia médica que requiere atención inmediata en un hospital. El tratamiento se realiza de forma interdisciplinaria por un equipo de especialistas en cuidados intensivos compuesto por médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud.
El especialista clave en el tratamiento del choque séptico es un médico intensivista, que es un especialista en cuidados críticos. Este tipo de médico está capacitado para manejar el soporte vital avanzado y la gestión de complicaciones graves en pacientes críticos, incluyendo el choque séptico.
Además del intensivista, otros especialistas que podrían estar involucrados en la atención del paciente con choque séptico incluyen médicos infectologos, nefrólogos, cardiólogos, neumólogos, endocrinólogos, cirujanos dependiendo de las necesidades del paciente.
Es importante mencionar que el tratamiento del choque séptico es complejo y puede variar en función de la gravedad del paciente y las causas subyacentes del choque séptico.
El tratamiento se enfoca en el control de la infección subyacente y la corrección de la respuesta inflamatoria del cuerpo.